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RIU Jalisco: Las peores vacaciones de mi vida

RIU Jalisco: Las peores vacaciones de mi vida

Cuando le conté a mi madre que hice una reservación para 4 noches en el hotel RIU Jalisco de nuevo vallarta me advirtió que la cancelara, que había oido que era un mal hotel, no le quise creer, no me salió barata la noche de hospedaje ($2,600 MXN + impuestos) y no me pareció que por lo que me estaban cobrando me fueran a dar un mal servicio.

riu jalisco

Llegamos a las 5pm, hicimos nuestro registro sin problemas y el empleado nos dijo que esperáramos a que nos llevaran a nuestra habitación, tras esperar varios minutos vimos que estaban muy atareados y decidimos mejor preguntar a un empleado de intendencia para dónde quedaba nuestra habitación, muy amablemente nos indicó la dirección y llegamos nosotros solos.

Ya teníamos más de 6 horas de no comer, así que lo primero que quisimos hacer es ir a un restaurante, llegamos al que estaba más cerca de la playa, nos sentamos y un mesero se nos acerca y nos dice:

– Disculpen, lamento informarles que ya cerramos, éste restaurante cierra a las 5pm.
– Oye amigo (le digo), venimos llegando, hambrientos y no sabemos de horarios ni ubicación de restaurantes, ¿nos puedes decir dónde podemos comer?
– Miren, éste es el restaurante que cierra más tarde, ya no van a encontrar ningún restaurante abierto, pero pueden alcanzar algo en los snack aquí a un lado de la alberca.

Y ahí vamos, a formarnos a los snack, la fila para servirse empezaba a crecer, así que el cocinero encargado estaba sacando la comida lo más rápido que podía (no lo culpo, es peor tener a la gente hambrienta y esperando que darles comida mal cocida y rápido), la flama para cocinar las hamburguesas estaba muy alta y no duraban ni dos minutos en la parrilla cuando ya la estaban sacando para poner más, así que ese día nos tuvimos que conformar con una hamburguesa mal cocida (caliente por fuera, fria por dentro) y un hotdog.

RIU Jalisco

Tras nadar un rato nos fuimos a cenar, nos acercamos al restaurante oriental (es muy pequeño, han de tener unas 15 mesas) y al ver que estaba lleno e incluso había cola decidimos ir a otro, el de comida mexicana estaba peor, así que no nos quedó de otra que ir al internacional, la cosa no estaba muy diferente, tambien estaba a reventar, estuvimos un rato buscando que se desocupara una mesa y por fin pudimos ir a servirnos.

Nos regresamos a la habitación para dormir, esa noche fue la peor, cada que hacíamos un movimiento el colchón hacía un montón de ruido y además se movía como gelatina, entonces cada que alguien hacía un movimiento despertaba al otro, en la mañana descubrí que el colchón tenía una especia de «pañal» de plástico, me imagino para proteger de humedad al horrible colchón gelatinoso, así que todas las noches siguientes lo quitaba para poder «medio dormir».

El día siguiente la historia de los restaurantes se repitió, buscar por varios minutos una mesa donde poder sentarnos y agarrar lo que alcanzáramos, no lo que se nos antojara. Ni los refrescos ni los jugos sabían bien, ambos son hechos con jarabes y por lo tanto no saben ni de cerca a lo que deberían, un día estaban muy dulces, otros días desabridos… no me parece correcto que en un hotel cinco estrellas estén tratando de economizar haciendo esto, dejan mucho que desear.

DCIM100MEDIA

Un día quisimos ir a pasear por el Malecón, para llegar ahí es necesario tomar un taxi, así que solicité uno en recepción, veía que llegaba, gente subía y nosotros seguíamos ahí, le volví a decir a Christian (así se llama el empleado):

– Oye, creo me ganaron mi taxi porque veo que llegan y antes de que puedan estacionarse ya se está subiendo gente, ¿te encargo otro? pero por favir describele al taxi que es para mi que vengo así y mi esposa así, porque nos los están agandallando.
– Sí como no, ahorita se lo pido.

56 minutos esperando, desesperado me volví a acercar al mostrador y le dije lo que estaba pasando, ¿Quieren saber qué me respondió?

– Hay que ponerse más vivos!

No sé como no lo reporté, ¿Qué clase de respuesta es esa a alguien que tiene esperando una hora?

Decidí mejor no gastar mi aliento con ese incompetente empleado, preferí ir a hablar con otro que estaba acomodando los camiones que llegaban y salían, le expliqué mi situación y le pedí que si me podía conseguir un taxi, llegó una de esas «combis» con espacio para 10 pasajeros y me dijo que me subiera a ese, el chofer del taxi me dijo que estaba mal, que no podía llevarme nada más a mi y mi mujer porque iba a salirme muy caro, me llevó a la carretera y me dijo que aquí pidiera «un amarillo».

Llegó el día que teníamos que dejar la habitación y me dió mil veces más alegría irme que llegar a «disfrutar» de mis pocos días de vacaciones.

No vuelvo a visitar un hotel RIU ni por accidente.

TL;DR:

  • Poco personal para atender a tanta gente
  • Mala comida
  • Mal colchón en la habitación
  • Mal servicio de algunos empleados
  • Caro para lo poco que ofrecen

No logro entender como es que este hotel tiene una calificación de 5 estrellas, a lo mucho yo le daría 4… y eso siendo generoso.

RUI y otros hoteles de la misma cadena nunca más!